Charlie Hebdo elegió reír
en vez de odiar.
Plantilla de Charlie Hebdo
El actual conflicto en Irak, comenzó a resultar
extraño, diferente y mas amenazador si cabe, cuando empecé a percibir la falta
de información. Era la primera guerra en la que los periodistas sobre el
terreno eran prácticamente invisibles. Desde lo de José Couso, tomaron
ese extraño nuevo estatus. No eran solo incomodos, eran un problema. Si un
corresponsal ya corría grandes riesgos por el hecho de estar en un
lugar en guerra, la falta de protección por parte de sus patrones y el
manifiesto desinterés por parte de la justicia internacional por encausar a
quienes les mataban como le ocurrió a Couso, acabaron hasta con los
empotramientos autorizados.
Luego empezaron las decapitaciones de periodistas.
Como el Estado Islámico las publicitaba a modo de
mostrar la debilidad e incapacidad por parte de la comunidad internacional, la
información llegaba casi en exclusiva por parte de los asesinos.
Con las decapitaciones se inició el debate de si era o
no conveniente difundirlas. Ojos que no ven corazón que no siente y es mejor
no ver para no sentir y de ese modo poder recurrir a la inacción y por tanto a
la dejación de responsabilidades. Y es que una imagen vale mas que mil palabras. En Charlie Hebdo lo sabían bien.
Hoy, han ejecutado a doce comunicadores.
El asesinato de esas doce personas en París ha puesto
de manifiesto hasta que punto se nos ha educado para odiar. ¡A todos!
Doce muertos de una revista que se reía hasta del odio y tres asesinos que odiaban hasta el punto de cometer una barbarie por no saber reír. Diez trabajadores de un medio de comunicación que con ingenio hablaban de las miserias del mundo, en una ciudad en la que no hay bombas ni francotiradores como parte de lo cotidiano. Dos hombres que los protegían porque vivían amenazados por el hecho de expresar en dibujos su opinión.
Charlie Hebdo era una revista satírica que se reía del
radicalismo entre otras muchas cosas. Una enfermedad que aqueja a Francia tanto como a muchos países del mundo por motivos raciales, étnicos o religiosos. Enfermedad que un día nos
condujo a la última gran guerra y que hoy tiene a Oriente Medio totalmente descompuesto...
El asesinato de esas doce personas en París ha puesto de manifiesto hasta que punto se nos ha educado para odiar. ¡A todos!
"Todavía sin
atentados en Francia. Esperad hasta finales de enero para presentar los
deseos". Ultima de las viñetas publicadas por Charlie Hebdo
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Desde hace un par de semanas, el Ministerio de
Interior francés estaba en alerta justificada por varias acciones calificadas
por los medios como "extrañas": atropellos intencionados, ataques a
comisarías... Se incrementó la presencia del ejercito en las calles durante las
Navidades y se extremó la vigilancia. Esto hace pensar que los servicios de
inteligencia franceses posiblemente estuvieran sobre aviso aunque prefiero pensar que
no.
Quiero pensar que la revista, que ya había sufrido varios ataques y
amenazas también estaba debidamente protegida. Protegidos por hacer dibujos del
profeta Mahoma. Después de doce asesinatos, los musulmanes hoy no se ponen de
acuerdo sobre si puede o no ser el profeta representado gráficamente. El Corán
no lo prohíbe expresamente. Doctores tiene la iglesia, todas, con la
diferencia de que unos invitan a amar y otros a odiar. Charlie Hebdo invitaba a
reflexionar, a reír, a sacar hierro de lo que ocurre en un mundo en el que se
cometen crueldades en nombre de fanatismos diversos.
Hay que dejar de tener miedo
"Es una biografía autorizada por el Islam ya que ha
estado editada por musulmanes. Se trata de un resumen de todo lo que han
escrito sobre la vida de Mahoma cronistas musulmanes, y nosotros no hemos hecho
más que plasmarla en imágenes (...). Eso es tan sólo una tradición,
no aparece en ninguna parte del Corán el hecho de que no se pueda representar a
Mahoma. Desde el momento en que no hemos publicado el cómic para ridiculizar al
profeta, no veo por qué no se va a poder leer este libro como se hace en el
catecismo con las historias sobre la vida de Jesús. Si hay alguien
que quiere sentirse ofendido lo hará, pero no está pensado para eso. Los
musulmanes también están preparados para reírse de sí mismos, pero si los
consideramos como discapacitados de la risa entonces no le estamos haciendo el
juego a un islam abierto, sino que le hacemos el juego a los extremistas. Hay
que dejar de tener miedo. Cuanto más miedo se le tiene al islam, más miedo dará
el islam, dijo hace dos años, el 1 de enero del 2013, el dibujante Stéphane
Charbonnier, más conocido como Charb y hasta hoy director del
semanario francés Charlie Hebdo,
para referirse a su obra La Vie de Mahomet.
Charb, director y dibujante de Charlie Hebdo, Cabu, Tignous y Wolinski,
todos ellos viñetistas de la publicación, Mustapha
Ourrad, corrector, Michel Renaud
de visita en la redacción, Bernard Maris el economista y accionista del
semanario, Honoré, colaborador y
cuatro personas mas, entre ellos dos policías que protegían la sede de la
revista.
Se debate hoy sobre la conveniencia de la difusión
de la ejecución del policía Ahmed Merabed, herido en el suelo por parte de los asesinos que
perpetraron el ataque. Me reitero, ojos que no ven corazones que no sienten y
es imprescindible sentir pero, no odio. Ese odio hacia lo diferente que se nos
inculca desde la cuna. Es necesario sentir responsabilidad. Ver que ocurre en
el mundo mientras estamos cómodamente sentados en nuestros sofás lamentándonos
por pequeñeces y observando masacres mientras nos tomamos la sopa. Pensar que
puede ocurrirnos a cualquiera de nosotros, para despertarnos y motivarnos a
hacer algo desde la razón y no desde el odio. Ser conscientes de la necesidad
de la libertad de expresión que nos invita a reflexionar sobre tantas cosas,
porque gracias a quienes nos enseñan, aprendemos y conocemos.
Mientras pensaba en la barbarie ocurrida
hoy en París me entraban unas ganas enormes de ver “La vida de Brian”… Mi
personal homenaje a las victimas de París.
Los dioses si los hubiere, se habrán reído mucho con
las ocurrencias de Charlie Hedbo, habrán asentido con pesar desde donde
estuvieren ante las viñetas criticando a los fanáticos que ensucian sus nombres y hoy, tal vez, lloren amargamente ante la estupidez humana.
Silvia Brasa
2015
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