"La caída de los ángeles malos" escultura del s. XVI expuesta en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
A
mediados del siglo XX, comenzaba a decaer la hegemonía del
imperialismo británico por todo el globo. La concesión para la
busqueda y extracción de petroleo que contrajo el Sha Qayar de Irán
en 1901 por sesenta años con Gran Bretaña, se aproximaba a su fin. Mosaddeq, quien en
1951 era el Presidente de la Comisión del Petroleo del Parlamento iraní, se
opuso firmemente a la ratificación del tratado petrolífero que les
sometía a los británicos, por considerarlo contrario a los intereses
de Irán, y finalmente se decretó la nacionalización del petróleo.
Las ansias de independencia y democracia del país persa comenzaban a
cobrar visos de realidad y en 1952 Mosaddeq era elegido Primer
Ministro. Viendo que la situación se les iba de las manos, los
británicos pidieron ayuda a Estados Unidos para derrocar a Mosaddeq
y retomar el control del gobierno iraní. El entonces presidente
Harry S. Truman se negó pero, su mandato finalizaba en enero de 1953
y su sucesor, Dwight D. Eisenhower si se mostró dispuesto a ayudar a
los británicos. Así se gestó la Operación Ajax, con la que el MI6
y la CIA, el 19 de agosto de 1953 derrocaban a Mosaddeq en un golpe de
estado que devolvería el poder a Mohammad Reza Pahlavi.
Hasta
2013, la CIA no reconoció que estuvo detrás del golpe de estado que
devolvió Irán al Sha. Durante estos últimos sesenta años en Irán
se ha pasado de la autocracia megalómana de los Sha (padre e hijo)
que hicieron acopio de armamento durante más de 25 años a la
teocracia de Jomeini -que luego pasó a Jamenei- que ha sabido dar
uso al arsenal acumulado para lograr la independencia de Irán y
convertirlo en el país más poderoso de Oriente Medio.
Desde
la instauración República Islámica del Ayatolá, Irán se ha
convertido en el único país de la zona donde triunfó una revolución
y se impuso el chiismo como modus vivendi, contrariamente a lo que
sucedía en los países vecinos que tendían al laicismo para seguir
en la órbita de occidente. Irán se ha convertido en un gigante, cuya
oposición al minúsculo Israel, le hace temible a las superpotencias
que le apoyan.
A
ojos del resto del planeta, la principal diferencia entre Israel e
Irán es la pretensión de estos de desarrollar una tecnología
nuclear que les lleve incluso a conseguir este tipo de armamento.
Poco se habla de que Israel no sólo tiene armas nucleares sino que además están
fuera del Tratado de No Proliferación Nuclear, lo que les exime del control de la OIEA, y sabido es, que viven en estado de alerta
permanente y las pocas dudas que han tenido a la hora de desplegar
todo su poderío militar.
La
actual emergencia del Estado Islámico ha cambiado por completo la
visión que desde fuera de Oriente Medio se ha tenido hasta el
momento del papel que representan cada uno de sus principales
actores. Irán es hoy un estado tapón ante la expansión territorial
del EI y el principal valedor de todos los que luchan contra ellos.
Irán es la principal fuente de financiación y entrenamiento de Hezbollah. Israel ha aprovechado para acusar tanto a
Irán como a Hezbollah de entrenar a su vez al Estado Islámico pero, lo cierto es que en la semana de ataques de finales de enero de 2015,
que Israel llevó a cabo en la frontera libanesa en el que falleció
el cabo español Francisco Javier Soria, comisionado por la ONU, también hubo un ataque aéreo
en la ciudad siria de Quneitra en la que murieron seis miembros de
Hezbollah y al menos un miembro de los Qods Force (las fuerzas especiales de la Guardia
Revolucionaria de Irán). Por mucho que Irán o Hezbollah puedan apoyar a Al Assad, son los únicos que están combatiendo junto a los kurdos de forma eficaz al Estado Islámico sobre el terreno.
General Qassem Soleimani, comandante jefe de las Qods Force
Irán
no solo tiene una notable presencia en Siria sino también en Irak
donde comienza a gestarse incluso, la leyenda en torno al carismático
General Soleimani de quien se dice va al frente sin chaleco antibalas.
A
punto de concluir las negociaciones sobre el tema nuclear Irán se
encuentra en una posición de poder más fuerte que nunca. Las
tensiones internas no son lo suficientemente fuertes como para
impedir que Rouhani siga ejerciendo una política moderada y llevando a
cabo una notable mejora económica en el país. Irán ha vivido en el
ostracismo diplomático mas de treinta años y a pesar de las
sanciones impuestas por las bravuconadas de Ahmadinejad y la
influencia cada vez mas mermada de Netanyahu, tanto por la UE como por
EEUU, su economía crece casi al 2%.
Y
es que si algo ha sabido hacer bien Irán ha sido esperar y ser
consciente de que los enemigos de sus enemigos pueden ser sus
amigos.
La
era de los Ayatolás ha estado marcada por la lucha contra el "Gran
Satán" antes y después de que Jomeini alcanzará el poder. Sus "satanes" han sido muchos.
El
primer demonio fue el Sha, alejado por completo de las necesidades de
los iraníes, a los que sometía al terror de la Savak (policía secreta
de Irán). Junto a él, la fuerza luciferina de Estados Unidos que le
mantenía en el poder. A la huida del Sha y establecimiento de la
República Islámica, el belcebú al que derrocar fué Sadam Huseim.
La guerra Irán- Irak (1980-1988) llevó a un entendimiento entre
EEUU e Irán tras la demostración del uso por parte de Husein de
armas químicas y la comprensión por parte de Reagan de la necesidad
de proteger el petróleo iraní.
La
paz en Irán forjó más si cabe un sentimiento nacionalista muy
fuerte y si bien la de Irán e Irak fue una guerra sin vencedores, Irán se concienció de la necesidad de protegerse y de que podían
ejercer un papel en la política internacional fuerte, presentando a
Sadam en Naciones Unidas como el sádico que empleaba armas
prohibidas. El desarrollo de la tecnología nuclear sería su mejor
baza a pesar de que Jomeini había lanzado una fatwa contraria al uso
de armas nucleares. Desde que en 2002 la OIEA empezó a recibir informes de enriquecimiento de uranio por parte de Irán, unos y otros han proclamado la inminencia del alcance de tecnología nuclear militar de Irán que por el momento no se ha demostrado. Esta política de extender el terrorífico bulo de la presunta peligrosidad de Irán le haría encontrarse de cara con su
principal demonio hasta la actualidad: Israel.
La caída de los ángeles malos
El
Sha cayó, Sadam cayó, Estados Unidos parece haber entendido que
Irán está dispuesto a sentarse a negociar si se les respeta
diplomáticamente como merecen, Israel pierde cada vez más
influencia dadas sus actuaciones en Líbano y Palestina y el
mantenimiento de la radicalidad y hostilidad hacia sus vecinos...
El
nuevo enemigo común es el Estado Islámico e Irán, no sólo se ha
mostrado dispuesto en todo momento en ayudar en los ataques aéreos
que se han llevado a cabo en Irak y Siria, sino que además, está
influyendo de un modo esencial en el conflicto con sus fuerzas sobre
el terreno. Aunque el país persa no ha pretendido nunca una
expansión territorial, su influencia si se ha extendido notablemente
en los países de su entorno en contrapartida a las monarquías
árabes.
Se
habla mucho de las negociaciones nucleares y muy poco del verdadero
papel de Irán en Oriente Medio. Tras el damnatio memoriae a la que
parece se ha sometido a Ahmadinejad, no interesa hablar en exceso de
las políticas claramente reformistas de Rouhani y en cuanto a la vinculación entre Estados Unidos e Irán ante el Estados Islámico, publicaba el New York Times muy acertadamente, que ambos "atacan al EI sin parecer aliados".
Irán ha visto caer
a tantos demonios de un modo u otro que la comunidad internacional,
occidente, parece haberse concienciado de lo peligroso que puede ser
convertirse en un demonio de Irán y lo mucho que les puede
beneficiar que el Estado Islámico lo sea.
Silvia Brasa
2015
"La caída de los ángeles malos" escultura del s. XVI expuesta en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. |
General Qassem Soleimani, comandante jefe de las Qods Force |
El primer demonio fue el Sha, alejado por completo de las necesidades de los iraníes, a los que sometía al terror de la Savak (policía secreta de Irán). Junto a él, la fuerza luciferina de Estados Unidos que le mantenía en el poder. A la huida del Sha y establecimiento de la República Islámica, el belcebú al que derrocar fué Sadam Huseim. La guerra Irán- Irak (1980-1988) llevó a un entendimiento entre EEUU e Irán tras la demostración del uso por parte de Husein de armas químicas y la comprensión por parte de Reagan de la necesidad de proteger el petróleo iraní.
La caída de los ángeles malos
Irán ha visto caer a tantos demonios de un modo u otro que la comunidad internacional, occidente, parece haberse concienciado de lo peligroso que puede ser convertirse en un demonio de Irán y lo mucho que les puede beneficiar que el Estado Islámico lo sea.
Silvia Brasa
2015